El nuevo gobierno de la Junta de Andalucía -con PP, Cs y Vox- ha instado recientemente a promover la caza y la actividad cinegética en los centros escolares. El profesor Fco. J. Merchán ha publicado una valoración muy crítica respecto a esta iniciativa (
La caza, la escuela y la política educativa,
Diario de Cádiz, 29 oct. 2019):
"A estas alturas de la historia produce cierto sonrojo pensar que
semejante iniciativa pueda aportar algo relevante a la formación de
niños y jóvenes. No es cuestión de estar a favor o en contra de la caza
-ahora éste no es el debate-, sino de si este asunto tiene que ser
objeto de atención en las escuelas, más allá de su consideración como
actividad de las tribus del Paleolítico Superior. Desde luego ningún
argumento se ha planteado al respecto, seguramente porque no estamos
ante una iniciativa pensada con criterios y fundamentos en pro de la
mejora de la educación, sino que se trata de otra cosa. Quienes con
tanta ligereza como insistencia han venido acusando a docentes y libros
de texto de practicar adoctrinamiento en las escuela, tendrían que
hacérselo mirar cuando proponen que se fomente en las aulas la afición a
prácticas cuando menos controvertidas. No se nos escapa que la cosa va
más allá de lo que pone en el envoltorio, pues de lo que se trata es de
modelar las conciencias infantiles en un cierto estilo de patriotismo
deportivo e inconsistente que en otros lares se presenta como
constitucionalismo.
(...) Por lo demás, la propuesta de promocionar la caza en los centros
escolares, deja otra vez al descubierto la intimidad de la política
educativa. Al situarla como un florero con función meramente decorativa,
al que se echa mano cuando vienen las visitas, la política educativa se
ubica verdaderamente en el nivel más secundario de la acción de los
gobiernos, contradiciendo la gravedad de los discurso grandilocuentes a
los que se nos tiene acostumbrado. Es difícil pensar otra cosa cuando un
día tras otro, una legislatura tras otra, constatamos la carencia de
decisiones de calado y la inflación de ocurrencias de distinto signo. Y a
falta de política, el vacío se llena con el ensoñamiento de que existen
fórmulas tecnoburocráticas capaces de operar el milagro del éxito
educativo".
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