"El llamado pin parental es como disponer de una educación a la carta en la que el Estado ofrece platos variados y las familias se autoconfeccionan el menú, incluyendo la bebida y el postre. Matemáticas. sí; Historia, no; conferencia sobre las mariposas, sí, pero no sobre la hispanidad. Lo que nos sugiere la fórmula del permiso parental es la sospecha de que el Estado ofrece mercancía averiada, alimentos perniciosos o en mal estado que pueden dañar la salud de niños y jóvenes. De manera que, según esto, las familias, velando por ellos, estarían, no sólo en el derecho, sino incluso en la obligación de rechazar aquello que consideran indeseable (...)".
Fco. J. Merchán Iglesias, "El pin parental, una educación a la carta" (Diario de Sevilla, 21 enero 2020)
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