El Mundo, Silvia Moreno, Sevilla, 01/02/2011
Víctima de la «alta agresividad» de un padre y castigada por la Junta de Andalucía. En esta situación se encuentra una profesora que trabaja en un instituto de Sevilla a la que la Delegación Provincial de Educación acaba de imponer una sanción, a pesar de que la docente sufrió un grave incidente a la salida del centro, cuando un padre la abordó, se abalanzó sobre ella y, «en tono amenazante y elevado y en estado de alta agresividad», le pidió explicaciones sobre su hijo.
Por este episodio, que aparece recogido en los hechos probados de una sentencia firme, el padre del menor fue condenado a una multa de 180 euros como autor de una falta contra el orden público, que castiga a quienes «faltaren al respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes», precisa el Código Penal. Pese a ello, Educación acaba de castigar a la profesora.
La Delegación alega que la profesora, que da clases de Matemáticas en el IES Itálica del municipio sevillano de Santiponce y que pidió mantener el anonimato, se negó a colaborar en la tarea de mediación de un inspector de la Administración a raíz de este conflicto.
Por ello, Educación le impone una sanción de «apercibimiento», que consiste en una anotación en su expediente, por la comisión de una falta de «incumplimiento de los deberes y obligaciones del funcionario», tipificada como leve.
La Administración pretendía iniciar un proceso de mediación después de que la profesora fuera abordada de forma agresiva por el padre. Sin embargo, la docente se negó. «La única mediación que quería era delante de un juez y una juez de Sevilla dice que tengo razón», explicó la profesora a EL MUNDO de Andalucía.
En efecto, la sentencia número 220 del Juzgado de Instrucción número 20 de Sevilla declara probado que sobre las 14.40 horas del día 12 de marzo de este año, cuando la docente se disponía a salir del instituto y «fue abordada por el padre de un alumno suyo al que había sancionado, quien tras identificarse co- mo tal, se dirigió en tono amenazante y elevado y en estado de alta agresividad» a la profesora.
«No te vas a volver a reír más de mi hijo, porque no te lo voy a consentir», amenazó el padre a la profesora, –según la sentencia– «mientras se abalanzaba sobre ella, teniendo que buscar apoyo en otra persona del centro que se encontraba presente» en ese momento. El padre la abordó de esta forma, después de que ésta enviara a su hijo al aula de convivencia por su mal comportamiento en clase.
El juicio contra el padre se celebró el pasado 31 de mayo y cinco días antes un inspector de Educación acudió por sorpresa al instituto para «recabar información sobre los problemas de convivencia» surgidos en algunos grupos, que «incluso han generado denuncias ante intentos de agresión hacia la profesora» y que han provocado un «notorio malestar que afecta tanto a la dinámica de funcionamiento interno del centro, como en sus relaciones con la comunidad educativa de la localidad», detalla el acta firmada por el inspector Carlos Marchena.
En este acta, el inspector señala que la profesora «no piensa colaborar» en la «tarea de mediación» auspiciada por el inspector Rafael Casado y adopta «una actitud pasiva».
«Me sacaron de mi clase y, asesorada por mi abogado, le indico al inspector que no me ha citado bien y le pregunto en qué legislación y normativa aparece» que se tenga que someter a una mediación, aclaró la profesora a este diario.
Educación admite que no hay ninguna norma que obligue al funcionario a participar en procesos de mediación, pero lo justifica en que «ninguna ley, ni tampoco la normativa que regula la organización y funcionamiento de la inspección desciende» hasta esos detalles, recoge la resolución firmada por el delegado de Educación en Sevilla, José Jaime Mougán.
Para la Junta, «ha quedado acreditado de forma fehaciente» que la profesora «se negó a colaborar en la tarea de mediación» y no prestó su «colaboración, incumpliendo» así lo previsto en el Decreto 115/2002 que recoge que los «ins- pectores de educación, en el desempeño de sus actuaciones tendrán la consideración de autoridad pública y como tal recibirán la ayuda y co- laboración precisas».
Fuentes de la Delegación de Educación indicaron a este diario que la profesora «faltó el respeto» del inspector cuando éste la llamó para la mediación, a pesar de que en la resolución que firma el propio delegado en la que se impone la sanción de apercibimiento no queda constancia de este asunto. Estas fuentes oficiales subrayaron que el apercibimiento «no tiene nada que ver» con el incidente del padre, ya que se trata de dos asuntos «completamente distintos», a pesar de que la mediación y la presencia del inspector en el instituto se debe a que el padre abordó a la profesora de Matemáticas.
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Educación «no ha tenido en cuenta nada», ni la sentencia que condena al padre, ni las pruebas de los ‘ciberinsultos’, se queja la profesora, que se mostró muy satisfecha de contar con el apoyo de sus compañeros del claustro, aunque no de la dirección. De hecho, la directora suele hablar de los «problemas de conviviencia» de la profesora. «Y yo, ¿qué problemas de convivencia tengo? Serán los alumnos, no yo. Sólo quiero dar Matemáticas y no pasarme una clase entera diciendo niño cállate o súbete los pantalones», como ya le ha ocurrido.
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