A finales de 2016 se presentó en la Liverpool Hope University el Manifesto for Post-Critical Pedagogy, elaborado por los profesores Naomi Hodgson, Joris Vlieghe y Piotr Zamojski. Posteriormente se publicó en 2017 con respuestas de Tyson Lewis, Geert Thyssen, Olga Ververi, Oren Ergas, Norm Friesen y Stefan Ramaekers, a las que se añadieron otras tantas contestaciones de los autores.
Los autores reconocen que al enunciar "principios" en forma de manifiesto corren el peligro de ser "acusados de universalismo, de normatividad excluyente" (aunque cuestionan que estas características sean siempre inherentemente negativas). Os dejo un fragmento:
"Por muy tradicional y conservador que todo esto pueda sonar, deseamos defender la educación por el bien de la educación misma: la educación como el estudio y la iniciación en una materia por su valor intrínseco y educativo, más que instrumental, de manera que pueda ser retomada de nuevo por la nueva generación. Actualmente, el mundo (futuro) ya se presenta como apropiado por la "educación para..." y se vuelve instrumental para (nuestros) otros fines... Ha llegado el momento de que al desenmascaramiento del mundo le siga un reconocimiento esperanzado del mundo. Ha llegado el momento de situar lo que de bueno hay en el mundo -aquello que se encuentra amenazado y que deseamos preservar- en el centro de nuestra atención y de abrir un espacio conceptual en el que podamos aceptar nuestra responsabilidad sobre todo ello, frente a y a pesar de la opresión y la melancolía silenciosa".
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