martes, 3 de diciembre de 2019

La caza, la escuela y la política educativa

El nuevo gobierno de la Junta de Andalucía -con PP, Cs y Vox- ha instado recientemente a promover la caza y la actividad cinegética en los centros escolares. El profesor Fco. J. Merchán ha publicado una valoración muy crítica respecto a esta iniciativa (La caza, la escuela y la política educativa, Diario de Cádiz, 29 oct. 2019):
"A estas alturas de la historia produce cierto sonrojo pensar que semejante iniciativa pueda aportar algo relevante a la formación de niños y jóvenes. No es cuestión de estar a favor o en contra de la caza -ahora éste no es el debate-, sino de si este asunto tiene que ser objeto de atención en las escuelas, más allá de su consideración como actividad de las tribus del Paleolítico Superior. Desde luego ningún argumento se ha planteado al respecto, seguramente porque no estamos ante una iniciativa pensada con criterios y fundamentos en pro de la mejora de la educación, sino que se trata de otra cosa. Quienes con tanta ligereza como insistencia han venido acusando a docentes y libros de texto de practicar adoctrinamiento en las escuela, tendrían que hacérselo mirar cuando proponen que se fomente en las aulas la afición a prácticas cuando menos controvertidas. No se nos escapa que la cosa va más allá de lo que pone en el envoltorio, pues de lo que se trata es de modelar las conciencias infantiles en un cierto estilo de patriotismo deportivo e inconsistente que en otros lares se presenta como constitucionalismo.
(...)  Por lo demás, la propuesta de promocionar la caza en los centros escolares, deja otra vez al descubierto la intimidad de la política educativa. Al situarla como un florero con función meramente decorativa, al que se echa mano cuando vienen las visitas, la política educativa se ubica verdaderamente en el nivel más secundario de la acción de los gobiernos, contradiciendo la gravedad de los discurso grandilocuentes a los que se nos tiene acostumbrado. Es difícil pensar otra cosa cuando un día tras otro, una legislatura tras otra, constatamos la carencia de decisiones de calado y la inflación de ocurrencias de distinto signo. Y a falta de política, el vacío se llena con el ensoñamiento de que existen fórmulas tecnoburocráticas capaces de operar el milagro del éxito educativo".