El diario de clase es un recurso para la investigación en el aula, para una reflexión crítica sobre la práctica docente. No se trata de un monólogo redentor o culpabilizador, sino de un programa de investigación-acción que busca el diálogo y la crítica de alumnado, padres y compañeros. Es también una manera de abrir la escuela, el aula y el trabajo del docente a la mirada de la sociedad.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Competitividad en las aulas
En clase de francés, los alumnos más adelantados responden con presteza sin dejar a los más retrasados pensar siquiera en la respuesta, corrigen con cierta impaciencia a sus compañeros, o se quejan del retraso que su torpeza en ocasiones produce. En otra clase de inglés, una compañera relata cómo intenta ganar a un grupo más aventajado en la asignatura para convertirlos en colaboradores en lugar de su actual actitud de bloqueo e interrupciones en el aula.
Cada vez escuchamos hablar de una escuela "a la carta", una educación personalizada, en la que los padres puedan elegir entre la limitada (y muy sesgada ideológicamente) oferta actual. Se ignora el carácter de aprendizaje conjunto, de colaboración, fundamental en la educación. Frente al modelo de escuela unitaria, tenemos una escuela cada vez más segmentada según capacidades o niveles de aprendizaje... El alumnado "retrasado" es visto cada vez más como un freno para el aprendizaje del más adelantado.
Y bajo ese discurso parecen darse por conseguidos muchos objetivos de los que aún estamos muy lejos: una escuela realmente democrática, participativa; una escuela que favorezca la igualdad de oportunidades, y no sirva sólo para "reproducir" las divisiones sociales ya existentes, para legitimarlas y darles "carta de naturaleza"... Una escuela que busque la calidad y la excelencia una vez que haya garantizado la igualdad, y que intente buscar esa calidad para todos y todas.
Nuestra inspectora nos pide que fomentemos la participación del alumnado en las clases. Es algo que a todos nos parece bien. Lo que cuando yo era estudiante no me parecía tan bien es que buscaran la participación del alumnado en programas, contenidos o materias sobre los que nunca nadie se molestaba en preguntarnos nuestra opinión. La próxima reforma educativa probablemente contará con un grupo de expertos, pero seguramente se volverá a olvidar a preguntar a los y las estudiantes. Como ya comentamos en otra entrada de este blog, sobre la actividad desarrollada con estudiantes en Sevilla acerca de "La escuela que queremos", habría muchas cosas interesantes que escuchar de nuestros estudiantes si alguna vez les prestáramos atención.
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