martes, 13 de diciembre de 2011

El profesor McCourt y la burocracia en la escuela

"Estaba claro que yo no estaba cortado para ser un profesor de esos decididos, que hacían caso omiso de todas las preguntas, peticiones, quejas, para seguir adelante con la lección bien planificada. Eso me habría recordado a aquella escuela de Limerick donde la lección era rey y nosotros no éramos nadie. Yo soñaba con una escuela donde los profesores fueran guías y mentores, en vez de capataces. No tenía ninguna filosofía de la educación concreta, salvo el hecho de que me sentía incómodo con los burócratas, con los de arriba, que habían huido de las aulas sólo para volverse contra los ocupantes de esas aulas, profesores y alumnos, y fastidiarlos. Nunca quise rellenar sus impresos, seguir sus directrices, administrar sus exámenes, tolerar sus intromisiones, ceñirme a sus programas ni a sus planes de estudios" (Frank McCourt, El profesor, EMBolsillo, 2011, pp. 34-35)

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