En la introducción a un libro de Arthur Conan Doyle, 5 aventuras de Sherlock Holmes (Siruela), he recogido estas breves reflexiones que ilustran lo importante de mantener la curiosidad por el mundo que tenemos desde niños, y a la vez cultivar una fina sensibilidad para plantear nuevos problemas, con nuevos enfoques, sin miedo a "abandonar lo seguro".
"El mundo sólo es interesante para aquel que se interesa por él, y sólo se interesa por él quien, a su vez, ha cultivado en sí cierta disposición para que el mundo resulte interesante".
"Alguien que en vez de preocuparse por sumar conocimientos, tiene interés en plantear cada vez problemas nuevos y en plantearlos cada vez de un modo diferente".
"Parece como si la enseñanza hubiera llegado a consistir en aprender algo sin tener que llegar nunca a pensar en ello".
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