viernes, 3 de febrero de 2012

Sobrecarga de trabajo y autoexplotación



El profesor Mc Court ha hecho cuentas de la sobrecarga de trabajo que a veces suponen nuestras abarrotadas aulas. Y es que la "vocación" también puede ser difícil de conciliar con la idea de que hay más vida más allá del trabajo:

"Si encargabas a todos los alumnos de tus cinco clases que escribieran trescientas cincuenta palabras cada uno, tenías ciento setenta y cinco por trescientas cincuenta, o sea, que tenías que leer, corregir, evaluar y poner nota a 43.750 palabras por las noches y los fines de semana. Y eso si tenías la prudencia de encargarles  deberes sólo una vez por semana. Tenías que corregir las faltas de ortografía, los errores de gramática, las estructuras defectuosas, los elementos de unión, la chapucería en general. Tenías que hacer sugerencias sobre el contenido y escribir un comentario general explicando la nota... Si dedicabas a cada trabajo aunque sólo fuera cinco minutos, esta serie de trabajos te llevaría catorce horas y treinta minutos. Equivaldría a más de dos días de clase, y a perder el fin de semana...
Todos los días me llevaba a casa libros y trabajos en una cartera marrón de imitación cuero. Tenía la intención de instalarme cómodamente en un sillón y leer los trabajos, pero después de una jornada de cinco clases y ciento setenta y cinco adolescentes, no sentía grandes deseos de prolongarla con sus deberes. Aquello podría esperar, maldita sea. Me había ganado un vaso de vino o una taza de té. Ya leería los trabajos más tarde. Sí, una buena taza de té y leer el periódico o darme un paseo por el barrio, o pasar un rato con mi hija pequeña, que contaba cómo le iba en su escuela y las cosas que hacía con su amiga Claire...
Ésa es la vida del profesor de Lengua Inglesa de instituto."
                                       Frank Mc Court, El profesor.

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